Día 2: Algunos temores

25.ago.2010

Después de más de 22 horas de viaje, y de una noche donde lo que se pudo dormir fue realmente muy poco por la incomodidad del micro, pero principalmente por el perrito que estuvo llorando prácticamente todo el viaje, llegamos a San Salvador de Jujuy. La idea era no quedarse en esa ciudad sino comprar pasajes ahí mismo para hospedarnos en Purmamarca. Aprovechamos las dos horas libres que nos quedaron entre ambos viajes para almorzar y jugar un rato a las cartas, todo ahí en la terminal. Llegamos a la hermosa Purmamarca, y antes de que el sol cayera pudimos hospedarnos en una habitación privada a pocas cuadras de la plaza, aunque para ser más exactos acá todo está a pocas cuadras de la plaza.

Recién llegados a Purmamarca, recorriendo las calles
con el hermoso cerro de siete colores de fondo.

Los temores que aparecieron ayer en lugar de apagarse se potenciaron un poco. Es rara la situación, porque el viaje es algo que yo quiero hacer. Pero el hecho de estar tres meses alejándome cada vez más tanto de los lugares como de las costumbres conocidas, me atemoriza. También creo que influye mucho el hecho de que nosotros solamente seamos dos, en parte porque me hace sentir más vulnerable, y también porque más que nunca me gustaría estar compartiendo todo esto que se viene con mis amigos. Es raro que ya desde antes de llegar me estaba replanteando en cierto modo el viaje. Simplemente espero que lo más pronto posible se apacigüen estos sentimientos, porque sino no voy a poder disfrutar plenamente de lo que vendrá.

Purmamarca una vez que cae el sol. Fuera de temporada
y sin turistas es un paisaje completamente diferente.