domingo, 10 de octubre de 2010

Día 3: La bella Purma

26.ago.2010

Después de desayunar y de dar una vueltita por el pueblo, salimos a hacer una de las caminatas dando vuelta al cerro de los siete colores, que es algo que me había quedado pendiente en el verano, cuando estuve por ahí. En un momento nos salimos del camino por un desvío, por simple curiosidad. Más tarde nos dimos cuenta que no era un sendero, sino el surco que deja el agua sobre la ladera de la montaña, pero de todos modos seguimos adelante avanzando. Cada vez el continuar se hacía más dificultoso, pero había que seguir. La pendiente era muy pronunciada y las piedras estaban sueltas e impedían poder agarrarse firmemente, lo que hacía que ante un mal movimiento uno pudiera irse hacia abajo junto a todas esas piedras flojas.


Subiendo el cerro imposible, ya desde le cima aproveché para
sacarle una foto a Víctor mientras recobraba algo de fuerzas.



Llegué a la cima con mucho esfuerzo y casi sin aire, y por un momento Víctor estuvo a punto de abandonar, a tan sólo unos metros del final. Se quedó unos minutos descansando, recostado sobre la pendiente para recobrar algo de fuerza, y después pudo llegar a la cima. El regreso fue un poco más simple, y nos fuimos a almorzar al barcito de nuestro ya casi amigo Tincho. Está muy bueno el lugar, al pie del cerro mirador. Tiene apenas cuatro mesas pero la onda que le pone, la música que suena y el reducido pero rico menú dan ganas de volver.

Después fuimos hasta otro cerro que nos recomendó Tincho que está cruzando la ruta, y desde donde se tiene una vista panorámica del pueblo con todas sus casitas, delante de un fondo protagonizado por el cerro de los siete colores.


Purmamarca desde el otro lado de la ruta.


A la hora de la cena fuimos nuevamente a La Olla Coya, el bar de Tincho. Como se llenó el boliche, para no hacerle perder clientela nos sumamos a una mesa donde estaban una señora y su hija que para mí se parecía a Celeste Cid. Comimos unos papines con queso, y pasamos largo rato charlando con nuestras compañeras de mesa y con Tincho. Él nació en San Salvador de Jujuy y vivió muchos años en Tilcara. También estuvo un tiempo en La Plata, pero volvió a su provincia y se instaló en Purmamarca abriendo ese bar. Ahora se está construyendo un restaurante en Tilcara, que planea abrir para fin de año. Después de la cena fuimos a tomarnos un vino con Víctor para darle cierre a la noche.


Cenando en La Olla Coya. Aprovechamos para retratar el momento
con Tincho y nuestras momentáneas compañeras de mesa.


2 comentarios:

  1. Que hermoso que se ve el paisaje!!! Tengo ganas de conocer el norte del país!! Y con lo que muestran ustedes mas!!
    Saludos!!

    ResponderEliminar