viernes, 15 de octubre de 2010

Día 11: Sal hasta el horizonte

3.sep.2010

El amanecer en el salar.


Otra vez tuvimos que levantarnos siendo todavía de noche, en esta oportunidad para ir a ver la salida del sol al salar. Estuvimos unas cuantas horas en ese paisaje infinito de sal. Llegamos a la isla Incahuasi que está en el medio de ese escenario. La isla en realidad es más bien una montaña tapizada por cactus de increíbles dimensiones, por donde estuvimos paseando, y luego compartimos un zafado desayuno que superó todas nuestras expectativas. Después de algunas horas más en el salar sacándonos fotos de todo tipo, emprendimos la última hora de viaje hasta la ciudad de Uyuni, donde nos despedimos de Franco y Anselma. Franco, aprovechando que Víctor y yo somos argentinos, nos pidió nuestras direcciones por si algún día llega a andar por Buenos Aires. Nosotros nos miramos con desconfianza, y en un papel le anotamos datos erróneos, al igual que los números de teléfono.


Vista desde la isla Incahuasi hacia la lejanía del salar.


Mientras estábamos en Tupiza, la italiana que se hospedó con Luciano en el mismo hostel que nosotros, nos dijo que Uyuni era muy chico, que no había nada y que no estaba bueno. Nosotros nos quedamos con esa versión, y cuando bajamos de la camioneta de Franco no nos gustó mucho lo que vimos. Omri, Daniel y Christelle tenían que salir esta misma noche hacia La Paz, así que nosotros dos volvíamos a quedar solos. Al ver que Uyuni no pintaba buena, lo primero que hicimos fue averiguar los horarios de los pasajes para ir hasta Potosí, de modo que tal vez nos convenía viajar durante toda la noche y no tener que hospedarnos acá. Por los horarios de salida de los micros nos convenía ir en el que sale a la mañana para no llegar de noche a Potosí, por lo que tuvimos que conseguir un hospedaje, cosa que no demoró mucho tiempo. Una vez instalados guardamos las mochilas de nuestros amigos en la habitación y compartimos una última tarde con ellos. Recorrimos un poco la ciudad, y mientras más conocíamos más nos iba gustando. Al igual que con Tupiza, el panorama negativo que nos plantearon parece no concordar con la realidad. De hecho no sólo nos quedamos esta noche, sino que nos quedaremos otra más.


Durante una de las primeras caminadas por las calles de Uyuni.


Los cinco fuimos a merendar, estuvimos jugando a las cartas, enseñándonos mutuamente nuestros idiomas, y riéndonos de las extrañas pronunciaciones. Omri y Daniel dijeron que posiblemente en enero vayan a viajar por la Patagonia argentina, y que estaría bueno que de ser así pudiésemos reencontrarnos. Y la verdad que es una linda idea que me gustaría poder llevar a cabo. Llegando a las ocho de la noche fuimos hasta el hostel a buscar las mochilas y acompañamos a los chicos hasta sus micros. Después de compartir todo durante cuatro días y sorteando la barrera idiomática, nos despedimos con un abrazo y con esa idea latente de volver a encontrarnos.


Daniel, Víctor, Omri, Christelle y yo compartiendo
una última merienda juntos, en Uyuni.

No hay comentarios:

Publicar un comentario