jueves, 21 de febrero de 2013

Vacaciones colombianas, parte 8 (EL FIN)

Al otro día temprano
hacia Tayrona nos fuimos
en bus, y luego tuvimos
que caminar un buen trecho.
Quedamos medio deshechos
de tanto andar y andar,
pero al llegar al lugar
estuvimos satisfechos.

Fuimos al último camping,
el llamado San Javier,
y no se puede creer
la hermosura que atesora
que es inmensa a toda hora,
tanto con sol como con luna,
y además tiene la suma
de bella fauna y bella flora.

Dos noches en el paraíso,
mejores que en Barú fueron:
los insectos no asistieron
a arruinarnos el momento
y como había algo de viento
el calor no se impuso;
tampoco hizo falta un buzo,
y así nos fuimos durmiendo.

Volvimos a Taganga
para pasar la noche,
y como si fuera el broche
de oro de la vacación,
recibimos invitación
de unas chicas francesas
y venciendo la pereza
nos pusimos en acción.

Mientras Panto dormía
con Coco fuimo' a bailar
a ese tan lindo bar
al que las chicas fueron,
mas al parecer hicieron
caso omiso a nosotros,
porque bailaron con otros,
y tomaron, y rieron.

Y hacia el fin de la noche
ambas se nos acercaron
y allí nos invitaron
a seguir con la velada
yendo hacia la morada
de un flaco lugareño,
y como no había sueño
la invitación fue aceptada.

Hasta la casa de Rafa
un taxi nos llevó,
y allí el nos contó
su presente y su pasado;
parece ser un pesado
que con drogas trabaja,
pero como en la baraja,
el azar allí nos ha llevado.

Ahí había poca gente
haciendo que la "fiesta" fluya,
mas cada uno en la suya.
Ya sin mucho sentido
y habiendo desistido
de la noche y las francesas
nos volvimos a la pieza
con el sabor de lo vivido.

Al otro día partimos
otra vez a Bogotá,
casi de casualidad
porque primero parecía
que vuelos ya no había;
mas luego uno encontramos
así que no nos fumamos
esperar en demasía.

Y estando de regreso
en la ciudad capital
nos fuimos al mismo hostal
de nuestro primer día,
mas como lugar no había
nos tuvieron que llevar
hasta una sucursal
para hallar camas vacías.

Después recibí una visita
más dulce que la miel,
pues vino Isabel
a la noche al hospedaje
ya que antes del fin del viaje
nos teníamos que ver;
y debo reconocer
que a ella en el pecho me traje.

Otro muy lindo encuentro
fue en el último día:
con Manuel y con María
nos volvimos a ver
y fue mucho el placer,
muy grande esa dicha,
y tomamos unas chichas:
algo que debía hacer.

Después de un corto reposo
temprano nos levantamos,
y así nos embarcamos
en nuestra vuelta a casa.
Lo bueno siempre pasa
con mucha velocidad;
así que a preparar
recorrer nuevas plazas!

Fin

martes, 19 de febrero de 2013

Vacaciones colombianas, parte 7

Después nos recomendaron
ir a la isla de Barú
donde pese a que no hay luz
tiene playas muy hermosas.
Así que agarramos las cosas
para ir a ese lugar,
allí la noche pasar
y comer cosas sabrosas.

Igualmente a la isla
fue una odisea llegar:
primero hay que tomar
un colectivo acá mismo
que te lleva hasta el abismo
de un barrio carenciado
y luego sigue el traslado
con más peligros que un sismo.

En esa zona no bella
un barquito nos tomamos
con el cual los tres cruzamos
del río una rama angosta
y al llegar a la otra costa
en moto seguimos viaje
hasta llegar a aquel paisaje
que parece ser la posta.

En la isla de Barú
fuimos hacia Playa Blanca,
una zona algo tranca
y como su nombre lo indica
la arena es muy clarica
y el agua tan turquesa
que te vuelan la cabeza,
pues parecen mentirica.

Todo el día allí pasamos
en ese lugar de ensueño,
mas para la hora del sueño
ya no fue tan placentero.
Como siempre en febrero
el calor está molesto
y nuestro dormir expuesto
a un reposar fulero.

Unas horas más de playa
y a Cartagena volvimos,
pero esta vez lo hicimos
en lancha todo el trayecto,
lo cual resultó perfecto
porque fue con más presura
y además fue una aventura,
así que no hubo defectos.

De regreso a la ciudad
dos días más pasamos
y en ellos nos paseamos
por la ciudad amurallada
que está muy bien cuidada
y lleva tiempo recorrerla.
Vale la pena conocerla,
no es ninguna pavada.

Hacia el pueblo de Taganga
continuó nuestro destino
y no fue un desatino
haber ido hasta allá
porque resulta que está
muy bueno en muchas maneras
y tiene una costanera
que resalta en el lugar.

Una panzada nos dimos
a la hora de la cena:
estuvo más que buena
la cazuela de mariscos,
Panto comió a mordiscos
un pulpo al ajillo,
y el tercer plato, sin brillo:
el de Coco, por arisco.

Él se pidió un arrocito
en un pueblo de pescadores.
Los pescados eran mejores,
mas por alguna dolencia
él hizo la diferencia
pidiendo un plato seguro.
Mejor no hacerse el duro
y luego correr urgencias.

...Continuará

jueves, 14 de febrero de 2013

Vacaciones colombianas, parte 6

De Medellín nos retiramos
con mucha satisfacción
y más tarde en avión
otra vez nos embarcamos.
En un rato aterrizamos
en la ciudad de Cartagena,
casi a la hora de la cena,
y a esa hora almorzamos.

La llegada fue impactante
porque todo lo encontramos
no como lo imaginamos
sino en mucho diferente:
vimos al cruzar un puente
que no hay playa en la ciudad,
y para decir verdad
nos sudó un poco la frente.

En las dos primeras cuadras
la impresión no fue muy buena
pero la esperanza suena
al caminar un poco más;
la ciudad abunda en paz
en esta zona de aquí
llamada Getsemaní,
y no hay que ser muy perspicaz.

Pese a no conocer Cuba,
Cartagena es igual:
una ciudad muy colonial
con casitas de colores;
un gran muro le da bordes
a la ciudad amurallada:
la zona más destacada
para quien luego la aborde.

...Continuará

martes, 12 de febrero de 2013

Vacaciones colombianas, parte 5

Lo peor de la ciudad
es que se llueve bastante,
y quizás soy ignorante
pero yo no lo sabía;
en algún momento 'el día
el tiempo se desmejora
y luego llueve unas horas.
¡Un clima de porquería!

Mientras tanto en el hostal
encontramos gente rica:
de suiza una rubia chica,
una pareja de argentinos
y más tarde conocimos
de Chile un par de hermanos,
y otro flaco, un peruano
medio raro y que hacía ruidos.

Otro día nos volvimos
al centro de Medellín
y esta vez fuimo' al jardín
botánico con ganas.
Vimos unas cuantas iguanas
y algunas mariposas.
Mas lo que fue poca cosa:
Pies Descalzos. No dice nada.

Última noche en esos pagos,
fuimos a cenar alguito
y nos dio mucho apetito
el nombre de un platón:
"Bronto perro doble cañón",
mas luego no lo pedimos
ya que mejor convenimos
en hacer otra elección.

...Continuará 

lunes, 11 de febrero de 2013

Vacaciones colombianas, parte 4

Bien temprano a la mañana
a Medellín arribamos,
luego el metro nos tomamos
a la llamada Zona Rosa:
una parte muy hermosa
de esta ciudad colombiana;
opinión quizás temprana,
mas no hace cambiar la cosa.

Recorrimos esta zona
destinada al turismo,
y aunque no sea lo mismo
guarda cierto parecido
con Palermo, y coincido
con Coco en que esto es más lindo;
ante esta ciudad me rindo
y se lo tiene merecido.

El metro otra vez tomamos
para el centro conocer.
Nos empezamos a mover
y por las calles caminamos
hasta que luego encontramos
la placita de Botero,
un lugar un tanto austero
donde fotos nos sacamos.

Continuamos caminando
por las calles del lugar.
La intención era llegar
hasta el jardín botánico,
pero casi entramos en pánico
cuando comezó a llover,
así que empezamos a volver
hacia nuestro hostel mágico.

...Continuará 

sábado, 9 de febrero de 2013

Vacaciones colombianas, parte 3

Recorriendo Bogotá
con la plena luz del día
la ciudad me parecía
similar a Potosí.
Y no lo digo porque sí
o por mera comparación,
sino que tengo razón
en haberlo visto así.

Con las calles muy angostas,
con subidas pronunciadas
y fachadas decoradas
con pinturas de colores,
el aspecto es como los de
aquellos pagos potosinos
que con Víctor recorrimos
en aquellos años nobles.

Caminamos ciertas cuadras
y después de un tiempo andar
fuimos en funicular
hasta un cerro elevado,
mas como estaba nublado
no había una vista buena,
por lo que ha sido una pena
que no estuviese soleado.

Comimos unas arepas
y tomamos unos tintos;
pero el término es distinto
al usado por argentinos,
ya que el tinto no es un vino
sino un negro cafecito,
que tomamos despacito
planeando nuestro destino.

Con pasaje a Medellín
fuimos a la terminal.
La idea no estaba mal,
de viajar toda la noche
para aprovechar el coche;
ahorrarnos el hospedaje
y así dormir en el viaje
para evitar el derroche.

Pero pese a que el micro
poseía calidad,
presentó incomodidad
a la hora de dormir;
casi no pude concebir
el sueño, y el conductor
manejando era el peor,
exponiéndonos a morir.

...Continuará

viernes, 8 de febrero de 2013

Vacaciones colombianas, parte 2

Para hacer combinación
de San Pablo a Bogotá
nos tuvimos que quedar
cinco horas haciendo tiempo
en el mismo aeropuerto,
intentando descansar.

Mas tuvimos mala suerte
al querer algo dormir,
porque tengo que decir
los asientos eran duros,
casi tanto como muros,
así que hubimos de desistir.

Otra vez sobre la nave,
hacia Bogotá volamos.
Poco tiempo descansamos
y hubo muchas turbulencias,
pero suma a la experiencia;
y más tarde aterrizamos.

Bogotá nos recibió
con su noche de verano:
lluvia y fresco de antemano.
Y con ayuda de un policía
y del taxista que conducía
un hospedaje encontramos.

Una vez acomodados,
un paseo fuimos a dar
con intenciones de cenar;
y unas cuadras adelante
encontramos un restaurante
que se parecía a un bar.

Esperando la comida
nos pedimos unas frescas,
cuando un paisa de acerca
con confianza en demasía,
a ofrecer artesanías,
así, medio a la pesca.

Retorciendo un par de alambres
se sentó a nuestra mesa,
nos mangueó una cerveza
con muy poca cortesía,
y hasta vino un policía
para echarlo con certeza.

De regreso al hospedaje
y yendo en contra a la pereza
jugamos al tenis de mesa
para divertirnos un rato.
Nos sacamos los zapatos
y la primer noche fue esa.

...Continuará.

jueves, 7 de febrero de 2013

Vacaciones colombianas, parte 1

Comenzamos las vacaciones
y a Ezeiza hemos llegado
muy temprano, y relajados
como guiados por el viento,
pa' que no nos falte el tiempo
y así evitar altercados.

Cinco y media embarcamos
en un vuelo con escalas.
Nos tocó detrás de un ala,
que nos dio buena visión.
Luego despegó el avión
acelerando como bala.

El despegue fue por sobre
una Buenos Aires oscura;
imagen de gran hermosura.
Y también pudimos ver
desde el cielo, amanecer,
mientras ganamos altura.

Después de un vuelo no largo
aterrizamos en San Pablo,
y como portugués no hablo,
Coco nos pidió el almuerzo,
no sin un poco de esfuerzo
ya que está algo oxidado.

... Continuará