sábado, 13 de noviembre de 2010

Vestigio inka

Me levanto, me preparo un café con leche, y veo en la heladera el frasco de awaymanto del inka, una mermelada que traje de Perú, que tiene un sabor rico y desconocido. Unto dos pancitos con este dulce y me preparo para disfrutarlos. Cierro el frasco, y cuando estoy guardándolo nuevamente en la heladera, sosteniéndolo por la tapa, ésta se desprende del recipiente, cayendo al suelo y produciendo una explosión de cristales y dulzura. El frasco estaba prácticamente lleno, pero quedó irrecuperable, con miles de astillas de vidrio en su interior. Poco a poco empiezan a desaparecer los recuerdos del viaje.

2 comentarios:

  1. y bue amigo...vamos a comprar un par y fue.

    Yo te acompaño esta vez.

    OTAP (mi nombre esta encubierto)

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  2. Se cayó... (si me dejas hacer una comparación) como alguien también se había caído cuando estaban allá, casualidad? quizás si. Por ahí los recuerdos del viaje no desaparezcan del todo

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