miércoles, 10 de noviembre de 2010

Día 29: ¿Al tiempo o al polo?

21.sep.2010

Al salir a la calle nos dimos cuenta que no había ni un solo auto en circulación, y muchos locales permanecían cerrados. El motivo es porque hay un paro de cuarenta y ocho horas en Cusco, por desacuerdos con la construcción de una represa que derivaría hacia otro lado el agua de un río que pertenece a la ciudad, o algo por el estilo. Por esto, había movilizaciones en las calles, de distintos grupos que pedían que no les quiten algo tan valioso como el agua.


Las calles de Cusco, llenas de gente manifestandose en forma respetuosa.


Aprovechamos para salir a recorrer, cosa que ayer no pudimos hacer. Llegamos hasta Saqsaywaman que son unas ruinas incas que se encuentras a algunos minutos de caminata desde el centro de la ciudad. Pasamos ahí unas cuantas horas, caminando y conociendo el lugar. Es impresionante ver esas construcciones, hechas con piedras de todos los tamaños y que encajar perfectamente entre sí, a pesar de sus muy diversas formas. Y la luz que queda entre ellas es mínima, e incluso en algunos casos inexistente.

Más tarde seguimos el circuito por las calles de Cusco hasta que se hizo la noche. Visitamos unos cuantos mercados de artesanías y gracias al arte del regateo con compramos un suéter cada uno. Tanto en Perú como en Bolivia hay que acostumbrarse a regatear todos los precios, no por tacaño, sino porque por acá la gente se maneja así, y lo más probable es que el primer precio que te dicen esté absolutamente inflado.


Las ruinas de Saqsaywaman, con sus piedras perfectamente encajadas.


Me sorprendió, aunque no del todo, que tanta gente piense que soy de Israel. Siempre supe que tengo rasgos similares a los de aquella zona asiática, pero es llamativo que tres veces en un mismo día me hayan confundido un israelí. Primero alguien en el hostel; después cuando salimos a caminar, una chica en la calle se me queda mirando, y cuando paso cerca de ella directamente me empieza a hablar en hebreo, hasta ver mi cara de absoluto desconcierto; y por último una guía de las ruinas de Saqsaywaman, que dijo pensar que éramos israelíes, al decirle que veníamos de Argentina.

Pasada la medianoche, y después de haber cenado, me volvió a agarrar hambre, así que salí a la calle en busca de algo para comer. Los puestos callejeros ya no existían a esa hora, y los locales estaban todos cerrados. Encontré un bar abierto, y aunque no tenía nada para comer entré igual, me pedí una cerveza, y el mozo me descolocó completamente al preguntarme si la quería al tiempo o al polo. Le pedí que me explicase cuál era la diferencia, y ahí me dijo que al polo es fría y al tiempo es a temperatura ambiente. Vino bien la aclaración y sobre todo que me preguntara, ya que todas las veces anteriores me sirvieron cerveza caliente, o mejor dicho al tiempo.


Fuente de agua, en la intersección de las avenidas El Sol y Tullumayu.

1 comentario:

  1. Guac! Que mala la cerveza el tiempo, tiene que estar heladisimaaa, o sea al polo, jajaja

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