martes, 22 de diciembre de 2009

Batallas internas

A veces me pasa que tengo ganas de hacer algo, pero al mismo tiempo no. O mejor dicho, no me dan ganas de hacer, pero que en definitiva se que si lo hago de todos modos la voy a pasar bien. Y no tiene nada que ver con una supuesta búsqueda de pasarla mal adrede. Es lo que pasa por ejemplo algún fin de semana en que no tengo ganas de salir y prefiero quedarme en casa tranquilo. Se que si me obligo a salir hay grandes chances de que no la pase mal, porque estando con amigos uno se distrae y se deja llevar. Pero ese empuje determinante que marca la diferencia a veces no aparece y se termina tomando el camino que implica menor esfuerzo.

Hoy venía pasándome algo así. En la radio Metro, en el programa Basta de Todo, habían anunciado que uno de los conductores esta tarde se iba a disfrazar de Papá Noel, e iban a salir a la calle para que los que quisieran se saquen fotos, y además iban a sortear premios entre los que estuviesen presentes. Me había parecido una propuesta interesante y por eso pensé en ir. Pero después lo repensaba y una enorme fiaca quería convencerme de no ir. Anoche me fijé bien cómo llegar a la radio, aunque sin saber todavía que iba a hacer. Hoy tuve más dudas que nunca: de a momentos imaginaba y trataba de autoconvencerme de que podía estar bueno ir, y participar unos momentos del vivo del programa que escucho desde hace tantos años, sacarme fotos con ellos, y hasta capaz tener la suerte de ganar algún premio. Pero el lado negativo de mi conciencia también decía presente y quería convencerme de no ir, justificado por el calor que hacía y el tiempo que implicaba, ya que iba a llegar temprano y como mínimo tendría que esperar una hora. Pero no, tenía que ir y seguro que me iba a divertir mucho, aunque por otro lado se me iba a hacer más tarde para llegar a casa, viajando en la hora pico… pero ¿cuál era el problema? De todos modos en mi casa seguro que no iba a hacer nada productivo. Decidido: voy a la radio.

Fui caminando y redescubrí el placer de andar por calles desconocidas para mi. Y si bien una vez que llegué tuve que hacer una hora exacta de tiempo, la pasé muy bien y me reí mucho. No gané ningún premio, pero me saqué una foto con Papá Noel y con demás integrantes del programa. Realmente un muy lindo momento.

Después continué mi caminata, ya para regresar a casa, y me topé con una especie de galpón de trenes, en las inmediaciones de la estación Colegiales, y la verdad que es un lugar asombroso, con una gran cantidad de vías, y un puente para poder cruzar por sobre ellas. Ese paisaje me hizo acordar mucho al Medal of Honor; tranquilamente podría ser un escenario bélico.

Y si, llegué tarde a casa, muerto de calor y con los pies que no querían más, pero de todos modos no me arrepiento en absoluto de mi paseo de hoy.

Podría decirse que aprendí que a veces hay que movilizarse igual, pese a que no haya ganas. Aunque si lo pienso bien, ya lo sabía perfectamente, porque situaciones similares me pasaron incontables veces, sólo que en la mayoría termino optando por la inactividad. Esperemos que lo de hoy me sirva de arma para la próxima batalla.

3 comentarios:

  1. cabito te la esta refregando como un campion,, jjaaj

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  2. El pueblo pide la foto del verdadero Papá Noel.
    El que realmente los chicos adoran.

    EL PAPA NOÉL PIQUETEROOO!!!!!

    LOS DEMÁS LA TIENEN ADENTRO!

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  3. Me encantó la foto, me encantó el relato y por sobre todas las cosas me encantó la decisión
    Bien hecho!

    Besos
    Alejandra (TUTI)

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