Iba caminando por Federico Lacroze, muy tranquilamente, cuando de repente se encontró con el olor a mar. No sabía definirlo muy bien, pero de alguna manera ese aroma activó sectores olvidados de su cerebro. Sus últimas visitas a la costa no le habían dado la posibilidad de sentir esa fragancia, y por algún motivo en aquellas oportunidades ni siquiera recordó que en alguna ocasión lo había hecho. Los recuerdos iban mucho más atrás en el tiempo, a su plena infancia, y mas no sea por el trayecto de una cuadra, volvió a tener cinco años.
Te deseo una feliz navidad y un año sin lágrimas, o que sean todas de alegria!
ResponderEliminarVasos y besos!
Si te metés al mar con el morral, se moja.
ResponderEliminar