jueves, 17 de diciembre de 2009

Karma Police VI

Previously on Karma Police:
Me hacen subir a un patrullero y me llevan para atestiguar un procedimiento en la casa de un loco. El grupo GEO entra a la casa y el canadiense se entrega. Después de un operativo de una hora, nos vuelven a subir al patrullero...


Supuestamente ya había pasado la parte complicada. Pero ya había pasado más tiempo del que estaba dispuesto a perder en este operativo policial, y quería seguir mi regreso a casa. Pero estabamos de nuevo arriba del patrullero, con destino a la comisaría, para hacer la correspondiente declaración de los hechos. Mientras tanto, el patrullero medio que se venía desarmando, y el panel que divide la parte trasera de la delantera, se había separado de los laterales del auto, y se me venía encima, ya que los asientos delanteros del vehículo ejercían fuerza sobre este panel. A riesgo de verme aplastado, sutilmente empecé a hacer fuerza con mis rodillas contra esta chapa. A medida que el patrullero aceleraba y agarraba baches, la situación empeoraba, pero realmente no era algo que me fuera a preocupar. Llegamos a la comisaría, entramos, y nos quedamos en la sala de recepción de la misma. El otro testigo se sentó en un banco, pero yo me quedé parado junto a una puerta. A los minutos llega la mujer del canadiense, que evidentemente también tenía que declarar, y se sienta en otro banco. Ella me pregunta algo que no recuerdo en este momento qué era, y yo le respondo, pero sin muchas ganas de empezar una conversación. Me cuesta mantener un diálogo con alguien con quien no tengo tema de conversación, porque una vez empezada la charla se genera una especie de necesidad implícita de hablar, y como no va a haber tema, eso me produce incomodidad. En eso aparece el oficial que había revisado el dormitorio del canadiense, y me dice que me siente, a lo cual accedí. Lo hice en el mismo banco que estaba sentada ella, pero casi en la otra punta, dejando entre ambos una separación de casi una persona. En el momento creí que el hecho de decirme que me siente, era más que nada por cortesía por parte del oficial. Pero evidentemente no era por eso, o por lo menos no únicamente por eso, sino que se debía a lo que todavía faltaba...

Continuará...

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