lunes, 15 de febrero de 2010

De regreso

Y finalmente se terminó todo. Los doce días recorriendo Salta, Cafayate, Purmamarca, Tilcara, Humahuaca, Iruya, San Isidro, Yavi, La Quiaca y Villazón quedaron atrás. Pocas veces sentí una desilusión tan profunda como la que siento ahora con el final de estas vacaciones. Siempre cuesta volver a la rutina, pero en esta oportunidad me parece que la situación es diferente. No se trata sólo del habitual rechazo a retornar al trabajo, sino que va más allá. Es como si este viaje me hubiera hecho un clic y ahora comenzara a ver las cosas un poco diferentes, a valorar algunas cosas nuevas, y a comprender la poca importancia de otras tantas. Empieza a presionar desde el fondo una especie de necesidad de patear todo, de desaparecer e irse lejos, fuera de este caos. Es difícil y no se si finalmente voy a terminar animándome, pero mientras algo moleste la posibilidad de cambio está latente.

3 comentarios:

  1. Es MUY peligroso, el norte...
    Iruya... Iruya es increible.

    ResponderEliminar
  2. A mi me paso algo parecido con mi viaje a San Luis... diferente a otras veces que viaje. Uno tiene aca sus raices, pero a la vez, te das cuenta de una manera mas concreta que otra vida es posible, una vida sin todas esas cosas implicitas que la ciudad sin darse uno cuenta, hace que parezcan importantes. Yo tampoco se si dejaria todo de golpe y me iria, pero si coincido con que esta bueno reflexionar sobre eso para cambiar/mejorar algunas cosas.. y quien sabe si mas adelante terminemos todos viviendo por alli! jeje

    ResponderEliminar