Purmamarca tiene una magia especial, ya tal vez sea el lugar más bello de todos los que conocimos. Lo que te brinda a los ojos es realmente una postal viviente: pueblo chico con calles de tierra y casas de adobe, y como remate de fondo está el cerro de los siete colores. Es impactante ver la diversidad de tonalidades de esos montículos de tierra. La belleza y la paz del lugar te obligan a quedarte; da la sensación que no hace falta nada más en la vida. Pero luego de dos noches el viaje debió continuar hasta Tilcara.
el segundo no lo pude publicar, jeje.
ResponderEliminarPero si, hay que tener cuidado.
muy lindo purma, lástima que se está volviendo muy careta. Pero el paisaje es lo más!