miércoles, 17 de febrero de 2010

Destino: Cafayate

Cafayate nos recibió con un espectáculo único de la naturaleza: un arco iris doble rodeando al sol. Estuvimos muchas horas caminando bajo su rayo incandescente, en busca de una cueva con pinturas rupestres y unas cascadas. Lamentablemente no logramos llegar a ninguno de esos lugares. El agotamiento y el ocaso nos jugaron en contra, pero no por ello el recorrido dejó de ser satisfactorio. Por las noches una temperatura mayor de la que esperaba me obligó a dormir fuera de la carpa, corriendo el riesgo de ser devorado por todo tipo de alimañas. Luego del segundo amanecer en esta ciudad, y previo paso por el Anfiteatro y la Garganta del Diablo, llegamos a Purmamarca.

3 comentarios:

  1. qué bueno, es como las viejas novelas por entregas...
    buenas fotos!

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  2. gracias!
    siento que podría hablar infinitamente del norte

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  3. No entiendo porque no estamos mensionadas en este relato!! jaja
    muy bueno mi querido! sigo leyendo.
    Besos muchos
    Luisina

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