sábado, 4 de junio de 2011

Un poco de historia...

Carta de Alfred de Rielvaux, abad cisterciense, a un abad de Fountains Abbey
Año 1160

"Una monja de la orden de Gilberto de Sempringham, monasterio de Watton, ha pecado con un canónigo. Encinta y descubierta, es puesta en prisión, encadenada. Se hizo venir a su cómplice... algunas de las monjas, llenas de celo por Dios y no de prudencia, y que deseaban vengar la injuria hecha a su virginidad, pidieron en seguida a los hermanos que les entregaran al hombre por un momento, como para escuchar de él algún secreto. Se apoderaron de él, lo arrojaron a tierra y allí lo mantuvieron. La causa de todas estas desgracias (la monja) fue introducida como a un espectáculo; se puso un instrumento en sus manos y fue forzada, a su pesar, a cortar con sus propias manos las partes viriles de su cómplice. Entonces una de las que lo sujetaban arrancó las partes que le habían sido quitadas y las hundió en la boca de la culpable, tal como estaban, manchadas de sangre."

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