viernes, 26 de marzo de 2010

Colectivo fantasma

Cuentan algunas personas que han visto por el barrio de Villa Crespo circular un colectivo. Esto no tiene ninguna particularidad a simple vista, ya que en Capital Federal hay una incontable cantidad de líneas de colectivos, pero este tiene una particularidad, ya que parece ser un transporte fantasma.

Algunos vecinos de la zona dicen que han visto pasar cierto vehículo con un número de línea que no les resultaba familiar, un número ajeno al barrio. Podría llegar a pensarse que fuese uno fuera de servicio, pero esta teoría fue descartada por dos motivos fundamentales: por un lado, en el momento en que fue visualizado, el colectivo iba con pasajeros en su interior, y por otro, su número sería inexistente.

Hay tres personas que han asegurado ser testigos del fantasmagórico transporte, aunque desafortunadamente sus datos no coinciden entre sí. La testigo número uno, una señora de avanzada edad, afirma haber visto un colectivo cuyo número no pudo precisar, pero que le pareció que empezaba con un 9, y que estaba pintado de color verde claro. El segundo, un muchacho con rastas, dice que el número era 261, y estaba pintado mayoritariamente de color mostaza, con algunos detalles en azul oscuro. Y el último, y tal vez el más polémico de los testimonios, dice que el número era 666, y que el coche no tenía un color definido, sino que más bien era transparente, pero que iba adquiriendo como si fuera el reflejo de ciertas tonalidades cambiantes. Dos de los testimonios afirman que el vehículo circulaba por la avenida Córdoba, mientras que el restante asegura que fue en la esquina de Estado de Israel y Guardia Vieja en donde lo encontró.

Podría entonces decirse, de acuerdo a los datos precisados, que este es definitivamente un colectivo fantasma que anda deambulando incansablemente por la ciudad, y cuyos pasajeros son almas perdidas, que viajan sin rumbo ni tiempo definidos, en busca de un lugar que les pertenezca. O quizás ese viaje misterioso que ellos realizan tenga realmente más sentido que el nuestro, que día tras día repetimos exactamente el mismo trayecto, a la misma hora, mecánicamente, subiendo y bajando en los mismos lugares, para luego regresar al punto de partida, viajando con frecuencia con las mismas personas, y sin siquiera la humanidad de cruzar dos palabras con ellos.

2 comentarios:

  1. Mucho tiempo trabaje en el Hospital Durand, asi que conozco el barrio, tu relato me lleno de nostálgia y de magia,quizás todos andamos trepados a un colectivo fantasma.
    Muy lindo Martín.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Optaría por cambiar la rutina, y hacer otras combinaciones algunos días, tren-subte-bondi ...

    Alejandra (TUTI)

    ResponderEliminar