con mucha satisfacción
y más tarde en avión
otra vez nos embarcamos.
En un rato aterrizamos
en la ciudad de Cartagena,
casi a la hora de la cena,
y a esa hora almorzamos.
La llegada fue impactante
porque todo lo encontramos
no como lo imaginamos
sino en mucho diferente:
vimos al cruzar un puente
que no hay playa en la ciudad,
y para decir verdad
nos sudó un poco la frente.
En las dos primeras cuadras
la impresión no fue muy buena
pero la esperanza suena
al caminar un poco más;
la ciudad abunda en paz
en esta zona de aquí
llamada Getsemaní,
y no hay que ser muy perspicaz.
Pese a no conocer Cuba,
Cartagena es igual:
una ciudad muy colonial
con casitas de colores;
un gran muro le da bordes
a la ciudad amurallada:
la zona más destacada
para quien luego la aborde.
...Continuará
Excelente, con anécdotas simples construís un texto melódico y en prosa. Te felicito, espero las del Tayrona. un abrazo
ResponderEliminarLa uruguaya