domingo, 31 de enero de 2010
sábado, 30 de enero de 2010
Cocrouchis 2

Por la noche volví a irrumpir en la habitación que aún permanece bajo clausura, y dos de estas criaturas estaban observándome. En cuestión de segundos corrieron la misma suerte que las anteriores. Esta mañana los cadáveres tampoco estaban.
jueves, 28 de enero de 2010
Cocrouchis

La escena fue bastante bizarra: yo desnudo, golpeando cucarachas con una botella mientras en toda la casa sonaba “All you need is love” a un volumen elevado.
martes, 26 de enero de 2010
Aromas 2
Pablo siempre había sido tildado de vago. Pero eso no era cierto; no era más ni menos que el clásico argentino, que tiene la ilusión de algún día poder “salvarse para toda la cosecha”. La única diferencia es que él lo ponía en práctica, o al menos lo intentaba. Digamos que es muy fácil querer ganarse unos cuantos millones en el quini, pero si uno no juega, no existe la posibilidad de que pase. De todos modos, él no tenía esa inclinación ludópata, para nada. De hecho, siempre se había mostrado en total desacuerdo con los juegos de azar, y nunca había jugado ni siquiera un bingo familiar, aunque no faltan los que afirman que no lo hacía por tacaño.
Él aspiraba a iluminarse con una idea brillante, inventar algo, crear algo simple que estuviese dentro de sus posibilidades llevarlo a cabo, y así conseguir su tan ansiado éxito. Por eso había optado por no trabajar, alegando que si lo hacía iba a perder valioso tiempo, y se iba a desenfocar de su objetivo. Como consecuencia, a sus 32 años todavía vivía en casa de sus padres, y pasaba largas horas recostado sobre su cama, escuchando música, leyendo y comiendo dulces. Decía que absorber grandes cantidades de arte y azúcar simultáneamente, hacía que se trabajaran zonas del cerebro que de otro modo se mantendrían inactivas. También solía salir a caminar por las noches, y muchas veces regresaba alcoholizado, después de largas horas de ausencia.
Un día de abril, pese a que todos sus allegados lo acusaban de ser un caso perdido, consiguió eso que tanto había deseado: una idea. Supo que lo que le iba a cambiar la vida era algo tan simple, que se sorprendió de que a nadie se le haya ocurrido hasta el momento. Su misión era revolucionar el mercado de los desodorantes de ambientes. Se dio cuenta que las fragancias de estos productos ya no logran el efecto esperado. Algunos aromas como lavanda o jazmín, huelen muy diferente a las flores que su nombre indican, y además, como en el caso de la lavanda, da la sensación de estar sintiendo directamente olor a baño. Esto es porque es más conocido el olor artificializado del desodorante, que la flor misma, por lo que cuesta relacionarlo con algo proveniente de la naturaleza.
También hay aromas que son incomprobables, como el de “brisa polar”. Realmente hay muy pocas personas que tuvieron la posibilidad de viajar a la Antártida, y es muy dudoso que alguna de éstas haya participado en el testeo de la fragancia para ver si la misma era correcta. Y también están las otras variedades aromáticas, que Pablo catalogó de absurdas, como lo son por ejemplo “suavidad de algodón” o “caricia de bebé”. Esto lo terminó de convencer, ya que era completamente carente de sentido. Una caricia no es algo que pueda tener una fragancia reconocible, así como tampoco el concepto de suavidad lo tiene. Además, hay que tener en cuenta que el bebé puede estar recién higienizado, como pidiendo a gritos un cambio de pañal, lo cual no sería muy agradable.
Terminó de formular mentalmente todos los motivos por los cuales era menester una renovación aromática, y acto seguido comenzó a hacer una lista con las fragancias del futuro. Durante las siguientes semanas, cuando se encontraba reunido con alguien, cambiaba abruptamente el tema de conversación diciendo cosas como “¿sabés que olor está bárbaro? el de la grasa de litio…”, o cosas por el estilo, con el simple objetivo de ver si alguno de los presentes aportaba alguna nueva opción a su lista. Por supuesto que él forzaba el tema de conversación e intentaba que todos opinaran al respecto, pero prestándole mucha atención a sus palabras, ya que por temor a que le roben la idea había optado por mantenerla en absoluto secreto.
Así, luego de meses, obtuvo una lista de los olores más agradables para la gente común:
- Nafta
- Carpintería / madera recién cortada
- Café de filtro
- Asado de obra
- Obra en construcción / cemento fresco
- Lluvia en el campo / tierra mojada
- Pólvora
- Libro nuevo
Con su lista terminada, tenía tal vez la mitad más difícil del trabajo, por lo que sólo restaba poner en marcha el proyecto, materializarlo. Pero se dio cuenta que estaba en un problema, porque no sabía muy bien cómo seguir adelante. Definitivamente iba a necesitar dos cosas: orientación para ver qué camino seguir, y dinero para llevarlo a cabo. Durante tanto tiempo estuvo tan enfocado en conseguir esa idea, que ni se le cruzó por la cabeza todo lo que iba a requerir después de hallarla. No entendía como había sido tan idiota, porque ahora claramente necesitaba plata, pero sus fondos económicos eran nulos. Podía tal vez buscar a alguien que esté interesado en financiar su proyecto, pero no terminaba por convencerlo esto, porque suponía que aquella persona con plata, en cuanto tuviera conocimiento de su idea, se la apropiaría sin más. Así que dispuesto a no perder ni un minuto más, y viendo que era momentáneamente lo único que podía hacer al respecto, salió en búsqueda de trabajo.
Pobre Pablo. Ya lleva siete años trabajando de cadete en un sanatorio y nunca pudo confiarle su idea a nadie. Se lo nota un poco cansado después de tanto tiempo; su cara hoy no refleja el mismo entusiasmo, el mismo brillo en los ojos que cuando su mente se iluminó. De a momentos parece haberse olvidado ya de su proyecto, y se enfoca en su actual trabajo, sus salidas con amigos, y en conocer a alguna muchacha, pero más de una vez han visto alguna lágrima correr por sus mejillas, luego de salir del baño y desodorizar el ambiente.
Él aspiraba a iluminarse con una idea brillante, inventar algo, crear algo simple que estuviese dentro de sus posibilidades llevarlo a cabo, y así conseguir su tan ansiado éxito. Por eso había optado por no trabajar, alegando que si lo hacía iba a perder valioso tiempo, y se iba a desenfocar de su objetivo. Como consecuencia, a sus 32 años todavía vivía en casa de sus padres, y pasaba largas horas recostado sobre su cama, escuchando música, leyendo y comiendo dulces. Decía que absorber grandes cantidades de arte y azúcar simultáneamente, hacía que se trabajaran zonas del cerebro que de otro modo se mantendrían inactivas. También solía salir a caminar por las noches, y muchas veces regresaba alcoholizado, después de largas horas de ausencia.
Un día de abril, pese a que todos sus allegados lo acusaban de ser un caso perdido, consiguió eso que tanto había deseado: una idea. Supo que lo que le iba a cambiar la vida era algo tan simple, que se sorprendió de que a nadie se le haya ocurrido hasta el momento. Su misión era revolucionar el mercado de los desodorantes de ambientes. Se dio cuenta que las fragancias de estos productos ya no logran el efecto esperado. Algunos aromas como lavanda o jazmín, huelen muy diferente a las flores que su nombre indican, y además, como en el caso de la lavanda, da la sensación de estar sintiendo directamente olor a baño. Esto es porque es más conocido el olor artificializado del desodorante, que la flor misma, por lo que cuesta relacionarlo con algo proveniente de la naturaleza.
También hay aromas que son incomprobables, como el de “brisa polar”. Realmente hay muy pocas personas que tuvieron la posibilidad de viajar a la Antártida, y es muy dudoso que alguna de éstas haya participado en el testeo de la fragancia para ver si la misma era correcta. Y también están las otras variedades aromáticas, que Pablo catalogó de absurdas, como lo son por ejemplo “suavidad de algodón” o “caricia de bebé”. Esto lo terminó de convencer, ya que era completamente carente de sentido. Una caricia no es algo que pueda tener una fragancia reconocible, así como tampoco el concepto de suavidad lo tiene. Además, hay que tener en cuenta que el bebé puede estar recién higienizado, como pidiendo a gritos un cambio de pañal, lo cual no sería muy agradable.
Terminó de formular mentalmente todos los motivos por los cuales era menester una renovación aromática, y acto seguido comenzó a hacer una lista con las fragancias del futuro. Durante las siguientes semanas, cuando se encontraba reunido con alguien, cambiaba abruptamente el tema de conversación diciendo cosas como “¿sabés que olor está bárbaro? el de la grasa de litio…”, o cosas por el estilo, con el simple objetivo de ver si alguno de los presentes aportaba alguna nueva opción a su lista. Por supuesto que él forzaba el tema de conversación e intentaba que todos opinaran al respecto, pero prestándole mucha atención a sus palabras, ya que por temor a que le roben la idea había optado por mantenerla en absoluto secreto.
Así, luego de meses, obtuvo una lista de los olores más agradables para la gente común:
- Nafta
- Carpintería / madera recién cortada
- Café de filtro
- Asado de obra
- Obra en construcción / cemento fresco
- Lluvia en el campo / tierra mojada
- Pólvora
- Libro nuevo
Con su lista terminada, tenía tal vez la mitad más difícil del trabajo, por lo que sólo restaba poner en marcha el proyecto, materializarlo. Pero se dio cuenta que estaba en un problema, porque no sabía muy bien cómo seguir adelante. Definitivamente iba a necesitar dos cosas: orientación para ver qué camino seguir, y dinero para llevarlo a cabo. Durante tanto tiempo estuvo tan enfocado en conseguir esa idea, que ni se le cruzó por la cabeza todo lo que iba a requerir después de hallarla. No entendía como había sido tan idiota, porque ahora claramente necesitaba plata, pero sus fondos económicos eran nulos. Podía tal vez buscar a alguien que esté interesado en financiar su proyecto, pero no terminaba por convencerlo esto, porque suponía que aquella persona con plata, en cuanto tuviera conocimiento de su idea, se la apropiaría sin más. Así que dispuesto a no perder ni un minuto más, y viendo que era momentáneamente lo único que podía hacer al respecto, salió en búsqueda de trabajo.
Pobre Pablo. Ya lleva siete años trabajando de cadete en un sanatorio y nunca pudo confiarle su idea a nadie. Se lo nota un poco cansado después de tanto tiempo; su cara hoy no refleja el mismo entusiasmo, el mismo brillo en los ojos que cuando su mente se iluminó. De a momentos parece haberse olvidado ya de su proyecto, y se enfoca en su actual trabajo, sus salidas con amigos, y en conocer a alguna muchacha, pero más de una vez han visto alguna lágrima correr por sus mejillas, luego de salir del baño y desodorizar el ambiente.
domingo, 24 de enero de 2010
Metal

jueves, 21 de enero de 2010
Tiempo de viajes

martes, 19 de enero de 2010
50 años
Ayer fue el cumpleaños de mi señora madre, y con mi hermano queríamos sorprenderla, así que estuvimos unos cuantos días a full, para poder hacerle un video, del cual obviamente ella no sabía nada. En el medio de la cena, estando todos reunidos, le dimos play, y todos lloraron y rieron.
jueves, 14 de enero de 2010
Una calle

Pero estas calles, si bien pueden provocar lo mismo, no tienen un final ya establecido que está a sólo unos minutos de distancia como en las canciones. Por esto es que en caso de encontrarse uno en una de ellas, tiene que hacerse lo posible por huir antes de que sea demasiado tarde, ya que se corre el riesgo de quedar atrapado en una prisión mental.
Las calles de los primeros besos deberían ser clausuradas.
martes, 12 de enero de 2010
¿Santa Biblia?
Les aseguro que leer los pasajes bíblicos es un gran pasatiempo. Lo se, es demasiado larga, y hay fragmentos que son demasiado aburridos. Otros no tanto, y es como leer un cuento. Yo desde hace unos años mantengo mi idea de leerla íntegramente, de punta a punta, ya que es el best seller más grande de todos los tiempos. Y dedicándole su debido tiempo uno puede encontrar algunas joyitas como ésta:
2 Reyes 4, 32-35:
“Cuando llegó Eliseo a la casa, el niño muerto estaba acostado en su cama. Eliseo entró y cerró la puerta tras de sí, y oró a Yavé. Luego se acostó sobre el niño, puso su boca sobre la boca del niño, sus ojos sobre los ojos, sus manos sobre las manos, y el calor volvió al cuerpo del niño. Eliseo se puso a caminar a la casa, de un lado a otro. Luego volvió a acostarse sobre el niño hasta siete veces, y el niño estornudó y abrió los ojos.”
¿Milagro o abuso sexual? Cada uno tiene el derecho a sacar sus propias conclusiones.
2 Reyes 4, 32-35:
“Cuando llegó Eliseo a la casa, el niño muerto estaba acostado en su cama. Eliseo entró y cerró la puerta tras de sí, y oró a Yavé. Luego se acostó sobre el niño, puso su boca sobre la boca del niño, sus ojos sobre los ojos, sus manos sobre las manos, y el calor volvió al cuerpo del niño. Eliseo se puso a caminar a la casa, de un lado a otro. Luego volvió a acostarse sobre el niño hasta siete veces, y el niño estornudó y abrió los ojos.”
¿Milagro o abuso sexual? Cada uno tiene el derecho a sacar sus propias conclusiones.
domingo, 10 de enero de 2010
Hormigas

Anoche ya estaba acostado cuando escucho nuevamente ese batir de alas. Enciendo la luz, para darle muerte a tres hormigas que andaban vagando por las paredes. Me quedé contemplando un rato para ver si no estaban acompañadas, y al no encontrar nada, volví a acostarme.
Pero hoy, al sentir ese zumbido tan familiar, me di vuelta bruscamente, focalicé a la hormiga, y sin dudarlo fulminé al insecto aplastándolo. No estaba solo; más allá había otros dos que no tardaron en correr la misma suerte. Nada más que unos minutos más tarde, observo a un cuarteto de estos bichos alados caminando muy plácidamente, como ignorándome. Ya con bronca e incertidumbre por no saber de dónde provienen, los maté enérgicamente, ya sin cuidado por evitar desparramar sus fluidos internos. Tomé un pedazo de papel higiénico para juntar los cadáveres que se hallaban en mi suelo, y antes de tirarlos al inodoro percibo que una hormiga nadaba en el agua de dicho sanitario, intentando escapar, pero terminó yéndose por el caño con sus hermanas sin vida.
Pensando en una manera más efectiva para cazarlas, y viendo los pocos reflejos que poseen, deduje que sería simple atraparlas con un frasco, creándoles así una prisión de cristal. Fui a buscar el recipiente, y al volver advertí que la habitación contigua a mi cuarto también estaba siendo usurpada por dichos insectos. De un solo vistazo pude encontrar por lo menos cinco de ellos, cada uno en la suya. Aproveché para probar mi nueva herramienta, y funcionó a la perfección: los hacía entrar al frasco, y una vez tapado, lo sacudo bruscamente haciendo que el movimiento las mate, o en su defecto las deje aturdidas y agonizando. Pese a la eficacia, no pude hallarme tranquilo. Estos bichos estaban entrando por algún lado, o peor aún, tienen un nido dentro de mi casa.
Sigo encontrando hormigas por las paredes. Las mato al instante de verlas, sin dejarles la menor oportunidad, pero de todos modos vuelven a aparecer otras nuevas, y cada vez en mayor número. El fondo del frasco está tapizado de cadáveres. Por un momento parece que todo se tranquilizó, así que me siento, relajándome un poco, pero siento el impacto de uno de estos engendros contra mi brazo. Me sacudo instintivamente, mientras que veo otros que están sobre la pared, donde hace apenas unos segundos estoy seguro que no había nada. Antes de llegar a reaccionar siento otros dos que me chocan, uno en el tobillo izquierdo, y el segundo se enreda con mi pelo. Me sacudo largamente, y me doy cuenta que a cada distracción, parecería que ellos se multiplican. Ya hay varios por las paredes, sobre el tejido de la ventana, otros por el piso, el techo, y volando. Yo ya no se que hacer, empieza a entrarme pánico. Se que son simples hormigas voladoras, pero el número empieza a asustarme. Escucho que golpean contra la pantalla del velador y contra el vidrio, mientras que otros insistentemente buscan trepar por mi cuerpo, ya paralizado frente al monitor, esperando que alguien pueda ayudarme.
jueves, 7 de enero de 2010
El tano

El tano, también conocido como Exxx, es un pariente de mi viejo, que cada tanto le pinta venir a jodernos un poco la vida a nosotros. Y esta mañana aterrizó en Ezeiza. Para que tengan una idea de lo que me provoca, a continuación copio un texto escrito por mí en febrero de 2006, cuando vino por última vez:
“¡Por fin se fue Exxx! La verdad que se excedió bastante con sus vacaciones. Si quiere venir a pasar un mes y medio acá, que no sea tan rata y se vaya a un hotel, si con los euros que tiene no le cuesta un carajo. Exxx es una persona que a primera impresión te cae bien, porque es jovial, hace bromas, pero a medida que pasa el tiempo uno va conociéndole las mañas, y te das cuenta que es un tipo muy quisquilloso, quiere que las cosas siempre se hagan a su manera, es muy tacaño, y es muy sucio. Con respecto a esto último, es algo que no deja de llamarme la atención, y no se si es que todos los italianos son así de mugrientos, o si nosotros tenemos la desgracia de que todos los que vinieron a hospedarse acá en casa sean así, porque tanto Exxx como Oxxx, Fxxx y Cxxx eran todos más o menos iguales. Posta que te daba asco que te pase por al lado y sentir ese olor a chivo insoportable. Pero creo, o mejor dicho estoy seguro que lo que más bronca me dio de la larga estadía de Exxx en casa, fue el hecho de que fui desalojado de mi cuarto. Unos días vaya y pase, pero al estar durante un mes y medio sin dormitorio, no sólo perdí prácticamente la intimidad, sino que estaban todas mis cosas por cualquier lado, no era dueño de mis espacios, y la sumatoria de todo eso me ponía de muy mal humor. Lo cual me llevó a tomar una determinación, y es que no voy a ceder más mi cuarto a visitas. Con excepción de Axxx o Mxxx, que siempre nos trataron muy bien y nos dieron todo lo mejor, cualquier otro que tenga ganas de venir va a tener que buscarse otro lugar donde hospedarse. Y por septiembre creo que Oxxx quería venir, así que se va a joder.”
Cumpliendo con mi palabra, esta vez no le doy mi cuarto. Se va a quedar a media cuadra de casa, es una especie de oficina que fue adaptada para la ocasión. Creo que la visita se prolongará por el tiempo de un mes, y por mi parte haré todo lo posible por ignorarlo, aunque no prometo poder cumplirlo.
(Por un respeto que no se si era necesario tener, los nombres de las personas no se dan a conocer).
martes, 5 de enero de 2010
Aromas 1

domingo, 3 de enero de 2010
El Inquisidor Loco

En la actualidad los dos creadores del juego son las únicas personas del mundo que tienen permiso para participar de él, y entre ellos pueden debatir métodos para perfeccionar las reglas, que sólo se mantienen en sus cabezas, ya que nunca han sido plasmadas al papel. Si una persona desea entrar al grupo de jugadores oficiales, tiene que ser aprobado por el resto de los participantes en actividad y pasar una prueba que consiste en ganarle una partida de juego a cada uno de ellos. En principio esto es más sencillo de lo que parece, ya que si algo caracteriza al Inquisidor Loco es su absoluta sinceridad, y uno puede ganar incluso no conociendo las reglas. Pese a esto, nunca nadie ha logrado franquear esta barrera. Cuando el aspirante no logra conseguirlo, sólo podrá pedir una nueva oportunidad para hacerlo luego de un tiempo prudencial que será estipulado por el resto de los jugadores. A medida que vaya aumentando la cantidad de personas pertenecientes al grupo, la tarea de los aspirantes será más difícil, ya que deberán competir contra cada uno de ellos y sin posibilidad de perder ni una sola partida.
Tal vez esta dificultad fomente la creación de grupos paralelos que intenten imitar de alguna u otra manera al Inquisidor Loco, buscando imponer una competencia, una rivalidad, pero solamente conseguirán darle más fuerza a importancia a esta misteriosa sociedad lúdica.
viernes, 1 de enero de 2010
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